Una taza de café, en vez de litros de cerveza

El miércoles estuve hablando con mi hermano de varias cosas de nuestras vidas y me cayó una ficha importante.

Vine hasta Chile a visitarlo, después de 1 año y medio sin vernos.

Adolfo y yo somos hermanos porque lo decidimos.

Nos hicimos amigos mientras él estudiaba medicina y yo ingeniería en la universidad.

Nos juntó la música y con el tiempo, nos convertimos en familia.

Total que aun con migración de por medio, solemos vernos 1 vez al año, en Argentina o en Chile. Donde se pueda.

Siempre que nos encontrábamos, después de un largo tiempo, la misión era (casi) la misma:

Comprar cerveza, organizar algún evento para cantar juntos y mover horarios de trabajo para pasar el mayor tiempo juntos.

Pero este encuentro ha sido diferente.

• No compramos cerveza para celebrar el encuentro.
  

• Tampoco nos sentamos a cantar como antes.
  

• Y hemos compartido “lo que se pueda”, porque ambos estamos trabajando.

“Ajá Manu, ¿entonces pa qué fuiste pa Chile? No era mejor hacer una videollamada? 😂

Aquí empieza el regalo de este viaje.

Esta vez quizás no hemos hecho las cosas que hacíamos en el pasado.

Pero sí hemos tenido conversaciones valiosas e intencionales, en esos ratos en los que hemos coincidido.

Cada minuto de charla deja ver el cambio interno de cada uno y la valentía que cada uno está teniendo para enfrentar los desafíos personales.

Adolfo pronto se va a mover de Chile a otro lugar. Era algo que sabía desde hace años, pero no sabía cuando iba a pasar. Y la verdad que me alegra demasiado.

Me habló con emoción y de manera muy precisa sobre todo el proceso legal que está haciendo para moverse. Los requisitos para hacerlo posible y los próximos pasos que le esperan.

Me contó sobre la claridad que ha ganado este año y que dejó de divagar entre las diferentes opciones que su cabeza planteaba.

Apagó el ruido externo. Se enfocó.

Me decía:
“Es muy fácil Manu, puedo verlo y sentirlo, brother. No hay nada que me pueda detener para hacer esto posible”.

Y ahí fue donde me di cuenta: Adolfo está viviendo a propósito.

Está al servicio de sus deseos.

Decidió mantener la disciplina, ejecutar con determinación y alinear lo que dice que sueña con lo que hace.

GOLAZO!!

Ninguno de los dos nació con una vida acomodada.

Todo lo que nos pasa hoy son frutos de ir a pie a la universidad si era necesario pa ahorrar algo de plata 😂😂

Pero eso es una historia pa' otro momento.

Lo cierto es que este viaje no fue para encontrarnos siendo la versión del pasado.

Fue pa espejarnos como ambos estamos al servicio de nuestros objetivos.

Para entender que vale mucho más tener 3 horas de calidad y conversación honesta, que 7 días de cerveza, lives en Instagram y fotos en un estudio.

Y la gran ficha que te conté que me cayó es esta:

Cuando te enfocas y alejas las distracciones, todo sigue su cauce natural.

Porque aparece la claridad que siempre has deseado.

Una claridad que Adolfo me recordó en este viaje.

Y es que a veces, lo único que necesitamos es una taza de café, en vez de litros de cerveza.

A-Dios✋🏼🌿
Manu Ramdass

PD: Oficialmente una de mis ilustraciones es internacional y viajó hasta Chile para luego irse en poco tiempo a un nuevo lugar.

PD2: Si estás dentro o fuera de Argentina, también pueden llegar a tu casa. La primera colección ‘Velocidad Paisaje’ ya está encontrando su lugar en el mundo.

PD3: Aquí me escribes para pedir alguna de ellas. O todas.