Ya no quiero ser cantante

Quiero ser un creador a través de todo lo que hago.

Encarnar una nueva identidad es un reto bastante interesante.

Creo que es algo que hacemos a lo largo de nuestras vidas, pues cuando somos niños, somos lienzos en blanco y vamos dibujando identidades que instalamos en nuestro ser.

Cuando llegué a Buenos Aires, tenía el único objetivo de cantar, armar mi banda, lanzar mis canciones etc, etc, etc.

Aburrido.

Aburrido.

Aburrido.

En ese momento por supuesto que no se sentía así.

Por el contrario, era super excitante.

Tenía una energía imparable. Nada me detenía. Independientemente de los esfuerzos por los que pasara el cuerpo.

Tuve un par de fechas super lindas, especialmente una que me hizo sentir en el camino correcto, donde ves lo imposible como posible.

Seguro sabes de lo que hablo si has trabajado por un sueño.

Lo cierto es que empecé a lograr esas cosas. Canté, lancé canciones, armé mi banda, y conocí y compartí con músicos muy talentosos.

El motivo por el cual todo eso ahora me parece aburrido X3 es porque me di cuenta de que caí en la trampa del ego. La de ser famoso y vaina.

No tenía un rumbo.

No tenía una identidad.

No tenía CONVICCIÓN.

La vida dio un giro y decidí darle también una oportunidad al Manuel ingeniero.

Pero no nos enseñan a ser dos cosas cosas.

“No se puede ser dos cosas”.

Así que terminé negociando mi pasión por la música a cambio de un puesto full time en una empresa.

El plan al principio era impulsar el sueño de la música con la ingeniería, pero me dejé arrastrar por las responsabilidades y las cargas de la matrix.

Me compré esa identidad que te venden donde el único camino es ser parte de una simulación de seres dormidos que van en una misma dirección.

Creces, estudias, trabajas de 9 a 6, disfrutas solo el finde, viajas 20 días al año, tienes una familia, compras el carro, la casa bla, bla, bla.

Y te olvidas de ti.

Te olvidas de tus sueños.

Te olvidas de tus proyectos.

Te olvidas de lo buenas que son tus ideas.

TE APAGAS.

Me pasó.

Me apagué por completo.

Sin convicción y con una identidad que me sacó de mi eje completamente.

OFF.

Estuve ejerciendo como ingeniero civil.

Empecé y terminé una relación en la que no me reconocía.

Viajé muchísimo por trabajo.

Fui a ver a mis padres en Venezuela.

Los instrumentos se llenaron de polvo.

Las libretas de emociones y pensamientos.

Se apagó mi creatividad y también se volvió a prender.

Filtré a las personas que me contribuyen (y a las que no).

Me alejé de las redes sociales durante un año.

Hasta nuevo aviso dejé el alcohol y el cannabis en búsqueda de foco.

Me enamoré de la chica que hoy es mi novia.

Recibimos a mis padres en Argentina y logramos la reunificación familiar.

Despedí a la distancia a mi perrito, Dalí, que dejó de existir en este plano. 

Me enfrenté a los miedos a los que había cedido mi poder.

Y renuncié al trabajo en la multinacional para volver a comenzar.

Ya no quiero ser cantante.

Tampoco ingeniero.

Quiero ser un creador a través de todo lo que hago.

Me tocó mirar hacia adentro y darme cuenta de que habitan en mí un montón de intereses y pasiones no exploradas.

Viajar, dibujar, patinar, escribir, montar bici, componer, producir, enseñar, hostear. Y ESENCIALMENTE DISFRUTAR.

Tengo mucho para decir al mundo porque ya encontré el rumbo.

Hoy es 28 de septiembre y vuelvo a nacer.

El único plan de ahora en adelante es vivir a propósito y convertí en canción este nuevo comienzo.

A ti que llegaste hasta acá, te doy la gracias y la bienvenida a La Combi

Un espacio pa’ viajar hacia todos lados, pero sobre todo hacia adentro.

A-Dios.
Manu Ramdass.

PD: si escuchaste el tema y viste el video, me encantaría saber tus comentarios, pero sobre todo saber de ti y reconectar. Enjoy!

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